viernes, 18 de mayo de 2012

Joseph Goebbels


Joseph Goebbels Una mentira repetida adecuadamente mil veces se convierte en una verdad”


Paul Joseph Goebbels (1897-1945), Ministro de Educación Popular y de Propaganda alemana nazi, intimo amigo de Adolf Hitler y figura imprescindible en el régimen, poseía un gran talento para persuadir a las masas.
Tras la derrota de Alemania en la Segunda Guerra mundial, se suicidó junto a su esposa, Magda Goebbels, la cual había matado a sus seis hijos envenenándolos después de suministrarles un somnífero.

Goebbels es conocido por su discurso de la “guerra total”, en el que dijo:
“Una vez que el gobierno tiene a un pueblo a sus pies, una vez que se ha hecho con su conciencia, entonces es capaz de hacer con él lo que se le antoje. Cuando se atraviesa la barrera de la libertad individual, y se “usa” a una nación para unos objetivos concretos, ya sean ideológicos, religiosos, expansionistas, o con ánimo de lucrarse, entonces ya no estamos hablando de la política como “el arte del bien común”, sino de la manipulación de las mentes.”

Goebbels hizo uso durante su vida laboral de lo que en la actualidad se conoce como marketing social, método que utiliza técnicas que consisten en adaptar y transferir los elementos comerciales a las actividades dedicadas a defender los intereses sociales para influir en el comportamiento de la población.
Mediante esta técnica ensalzaba los sentimientos que le provocaba la ideología del Partido Nazi, promoviendo así el odio mediante la mentira y el convencimiento de factores alejados de la realidad, tales como la existencia de razas inferiores a la blanca, raza aria.
De los manuscritos del Ministro se han extraído los once principios propagandísticos que fueron llevados a cabo por el partido. El autor Leonard W. Dobb recoge en su libro “Goebbels y sus principios propagandísticos” una serie de premisas imprescindibles en el ámbito publicitario y propagandístico referente a la política.

Propaganda nazi


·         La repercusión de la propaganda nazi en una sociedad devastada:

La propaganda es capaz de corromper el sistema de vida de una persona, lo cual ha sido estudiado por los grandes publicistas a lo largo de la historia.
Cuando hablamos de propaganda nazi debemos tener en cuanta que esta requiere de mecanismos de acción complejos, ya que el nazismo supuso la expresión de una forma de vida: “El segundo deber de la propaganda es derribar la situación existente por medio de la nueva doctrina” (Hitler, 1925).
Desde la primera gran guerra, Adolf Hitler poseía amplios conocimientos sobre técnicas de persuasión para conseguir el objetivo del reinado de la raza aria en todo el mundo, aunque no fueron los únicos métodos empleados: había comprobado los efectos que produjo el bombardeo propagandístico durante la I Guerra Mundial. Durante ese periodo de tiempo, mantenía la firme convicción de que la propaganda poseía una enorme capacidad persuasiva y movilizadora, por lo que era el medio idóneo para hacer llegar al pueblo la ideología nazi.  
Pero, no sólo la empleó como medio para conseguir sus objetivos, aún más, basó toda su estrategia en la propaganda.
La primera acción llevaba a cabo consistió en modificar el sentido que había adquirido el término de propaganda ya que en los años posteriores a la I Guerra Mundial, debido al gran  uso y abuso de la mentira que esta contenía, el pueblo se mantenía reacio hacia ella.
Por ello podemos decir que el primero acto propagandístico consistió en inculcar en las mentes de la población alemana un concepto positivo del término.



La finalidad de Hitler era crear una cohesión bajo su mandato de forma que se aceptasen como obvias cosas que deberían someterse a un juicio racional o sentimental.
"Toda propaganda efectiva debe limitarse a unas cuantas necesidades desnudas y expresarse luego en unas cuantas fórmulas estereotipadas"(Hitler).
La propaganda nazi nunca debía admitir un error: “el propagandista debe adoptar una actitud sistemáticamente unilateral frente a cualquier problema que aborde”.
Aunque era obvio que muchas mentes intelectuales, de los cuales se buscaba su eliminación, que se mantenían reacias al proyecto del régimen y reclamaban las incoherencias del dictador, las masas siempre se guiarían por las ideas y sentimientos que asentaba la propaganda.
Así, Hitler confió en propaganda como garantía de cambiar las mentes del pueblo alemán, por lo que acertó debido al estudio de la naturaleza humana: atrajo a las personas mas afectadas económica y socialmente, de forma que los reuniría en grandes lugares para que el individuo por si solo perdiese su identidad personal; la propaganda llega mejor en masa que individualmente.
De esta forma, la propaganda nacionalsocialista se basó en el miedo al aislamiento y soledad que se daba en las sociedades de masas. Los individuos eran manipulados con gran eficacia por los mensajes propagandísticos de los medios de comunicación, claro está, todos ellos controlados por el Estado, consiguiendo privar a ochenta millones de personas del pensamiento independiente y someterlas a la voluntad del dictador. 

EL PODER DE LA PROPAGANDA


EL PODER DE LA PROPAGANDA 

De manera general, podemos definir la propaganda como la emisión de un mensaje cuya finalidad es la persuasión del público.
Según La American Marketing Asociación (A.M.A.), la propaganda se define como "las ideas, información u otro material difundido comúnmente a través de los medios (periódicos, páginas amarillas, radio, televisión, etc.) en un esfuerzo por ganar a personas para una doctrina o punto de vista"

Podemos diferenciar varios tipos de propaganda; Gonzáles Llaca define los siguientes modelos:

1.       Propaganda de integración: busca la legitimidad del poder público, recurriendo a un sentimiento de fuerza, a través de diversos factores.
2.       Propaganda de agitación: busca la agitación violenta de las masas mediante métodos explosivos y que generan tensión.
3.       Propaganda negra o acción psicológica: Hace uso de frases sin fundamento, con intención de  “preparar el terreno” para actuar sobre las masas con mayor facilidad.
4.       Propaganda electoral: Pretende crear adeptos a una institución o grupo.
5.       Propaganda de guerra: Convence a los receptores de la justicia de la guerra, con los objetivos de fortalecer la causa y aumentar el espíritu de lucha.
La propaganda nacionalsocialista o nazi hizo uso de la propaganda de agitación, poniendo en contra a unas personas con otras; de acción psicología o propaganda negra, con intención de manipular las masas; y electoral, creando adeptos a la ideología de Hitler.

“La propaganda aventajará, con su impetuoso avance, de muy de lejos a la organización, a fin de conquistar el material humano indispensable para esta última. Siempre he sido enemigo de la organización precipitada y pedante, que produce inertes y mecánicos resultados. Por esta razón, lo mejor es dejar que una idea se difunda desde un centro y por medio de la propaganda durante un espacio de tiempo dado, y luego explotar cuidadosamente en busca de dirigentes entre los seres humanos que acudieron a la cita” (Hitler, 1925: 279).
(Texto publicado en las Actas del III Congreso Internacional Cultura y Medios de Comunicación, Publicaciones Universidad Pontificia, Salamanca, 2000)